Querer y Necesitar…

¿Cómo distinguir la diferencia entre lo que queremos y lo que realmente necesitamos?

¿Desde dónde nace aquello que queremos y donde se oculta la verdad sobre lo que nuestra vida necesita?

Esta sutil diferencia se expresa de forma constante ante cada decisión tomada, ante cada pensamiento que surge en nuestra mente o cada actitud que refleja nuestro interior…duelo alma personalidad4

Esta diferencia entre el querer y el necesitar se convierte en un duelo de voluntades; una batalla interna librada entre la personalidad y el alma…

Una personalidad que busca satisfacer sus deseos y obtener aquello que quiere en oposición a un alma, paciente y silenciosa, que manifiesta en nuestro corazón cada una de aquellas necesidades que nos dan la posibilidad de cambio.

Una personalidad que se resiste a modificar aquellas actitudes que la someten a una realidad de estancamiento, frente al alma, que esconde en su interior un sagrado potencial, único y maravilloso para cada individuo.

Un potencial que representa el propósito de nuestra vida y la causa profunda de cada uno de los procesos y las experiencias que transitamos a lo largo de toda nuestra encarnación.

Cuando nuestro ser está anclado bajo la voluntad de la personalidad; nuestra visión es reducida, carece de propósito y atenta contra aquella sutil frecuencia que emite el alma.

El enfoque puesto únicamente en nuestro querer está transitando un camino de resistencia,  invadido de conflictos, sufrimiento y dolor porque estamos sumergidos en un estado profundo de ignorancia e inconsciencia.

La frecuencia de la naturaleza, sus señales y sincronicidades no pueden ser interpretadas mientras permanecemos en este estado donde la impronta del alma es imperceptible…

Lo que queremos es parte de lo conocido, lo que responde a lo aprendido e incorporado a lo largo de nuestra vida y lo que realmente necesitamos, viene precisamente a transformar esa realidad común y habitual a lo que estamos acostumbrados.

La personalidad quiere y desea aquello que la ayude a construir el paradigma para el que fue educada. Creencias y valores heredados a través de la familia, entidades educativas y grupos sociales representan todo lo que aprendimos e incorporamos como propio, pero que en realidad no son afines a la voluntad y propósitos del alma…

En cambio, aquello que necesitamos nos invita a transitar un camino nuevo y diferente que rompe con los habituales parámetros de creencias que representaban la lógica de nuestro hacer, pensar, decir y sentir…

cambio2Lo que necesitamos se percibe en los mensajes y señales de la vida, despertando en nuestro interior la voluntad del alma para conocernos, descubrirnos y transformarnos con la fe puesta en nuestro potencial…

Lo que necesitamos construye nuestro futuro, aspirando a la creación de una realidad superior a la que nuestra mente es capaz de comprender…

Lo que necesitamos nos desafía y nos transforma…

Lo que necesitamos, responde a la visión del alma…

El alma no trabaja para satisfacer deseos efímeros y egoístas que alimentan nuestro ego. Tampoco persigue complacer caprichos banales que fomenten e incrementen nuestras miserias…

El alma trabaja para iluminar las partes más oscuras y densas de nuestro interior y liberarnos de todo lo que nos haga perder de vista el propósito que hace sagrada nuestra existencia…

El alma nos despierta, nos inspira y nos marca el nuevo rumbo hacia el cual necesitamos dirigirnos…

Cuando tomamos la decisión de desprendernos de aquello a lo que estamos acostumbrados, trascender lo conocido y dar los primeros pasos hacia este nuevo camino; la magia de lo trascendente se materializa en nuestra vida a través de la esperanza…

La esperanza de despertar y transitar íntegramente lo desconocido hasta arribar a un nuevo lugar de conexión y relación con la vida…

Pero cuando se abre nuestra visión a lo nuevo y comenzamos a observar en nuestro interior aquello que necesitamos transformar, surgen en nuestra mente pensamientos de duda, cuestionando lo nuevo que se está manifestando.

Una duda que refleja el miedo que experimenta la personalidad, parada ante el abismo de su inminente cambio…

Un miedo que intenta seducirnos y convencernos para sostener aquello que adormece nuestra realidad, alejándonos del camino de la transformación…

Miedo a transformarnos porque es más fácil ser como somos y no queremos cambiar…

Miedo a perdernos en el camino a encontrarnos…

Miedo a lo desconocido porque no podemos controlarlo…

Miedo a la soledad del cambio…

Ser como queremos ser nos somete y estanca a una realidad vacía, sin plenitud, sin propósito y sin conciencia.

Ser como fuimos fue lo que justamente tuvo como resultado, la manifestación interna del alma para mostrarnos nuestra propia necesidad de transformación…

La duda y el temor que experimentamos ante la posibilidad de cambio, esconde todo el potencial de plenitud y felicidad que nos está esperando…

Aquel potencial que encontramos cuando tomamos la decisión de trascender el miedo y entregarnos al llamado del alma, donde la certeza del corazón nos brinda la convicción para dar cada paso hacia una nueva realidad…

Esta batalla interna, este sagrado enfrentamiento del alma con la personalidad se traduce en la mente como pensamientos duales, donde estamos constantemente parados frente a dos realidades antagónicas; dos caminos opuestos…2 caminos.2

Por un lado; la visión de la personalidad que representa un mundo conocido donde los resultados son siempre los mismos…

Un mundo marcado por un arraigado sistema de creencias que fomenta el individualismo, la desconexión y la ignorancia, reflejando un mundo seguro y conocido, sin dudas o manifestaciones del miedo…

Y por otro lado, la visión del alma que auspicia un mundo diferente, donde los resultados son impredecibles…

Un mundo de creencias nuevas que transforman nuestras miserias afianzando nuestra conexión con la magia de la vida…

Un mundo donde cada experiencia nos enriquece con su enseñanza, donde cada hecho es trascendente y tiene su causa, propósito y significado…

Un mundo de almas, que despierta la comunión con lo eterno en todos los corazones del mundo…

Ante esta realidad de dualidades, solo aprendiendo a observarnos honesta y humildemente, encontraremos la respuesta…

Observarnos atentamente, sin condenar ni justificar lo observado, disolviendo la dualidad de la mente para que pueda emerger la visión exacta de lo que realmente estamos necesitando…

Cuando aprendemos a observar nuestros pensamientos, nuestras emociones y actitudes, nos estamos conociendo y descubriendo…

Cuando nos volvemos observadores de nuestra realidad de forma consciente, ya estamos comenzando el proceso de transformación…

Este estado de observación le da a mi vida las respuestas para elegir el camino correcto que necesito transitar…

Desde el observador, aparece el discernimiento entre el querer y el necesitar, afianzando la capacidad de comprensión de mi propia esencia…

Lo que quiero me seduce pero lo que necesito me enamora…

Lo que quiero es efímero y lo que necesito tiene la cualidad de lo eterno…

Lo que necesito me invita a construir una realidad trascendente, donde la visión del alma es clara y el propósito me inspira para seguir transformándome…

Un mundo nuevo hay por descubrir donde la duda y el miedo ya no tienen lugar…

Un mundo de convicción, respeto y conexión con la vida…

Un mundo de sueños, propósitos y servicio que está esperando por nuestra transformación…

Un mundo guiado por las sincronicidades de la naturaleza, en comunión con los maestros de la sabiduría…Mundo_Nuevo-2

Una mundo donde ya no existe un enfrentamiento interno entre el alma y la personalidad porque lo conocido ya no nos representa…

Ahora somos una personalidad despertando conscientemente a la voluntad del alma, construyendo una nueva realidad de amor, plenitud, magia y armonía…

Ahora somos los habitantes de un mundo donde el amor es el principio primero de todas las cosas…

Ahora somos los constructores de una vida sagrada y trascendente que este nuevo mundo nos está regalando…

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